Nuestra Señora de Walsingham
La historia de nuestra señora de Walsingham comienza en la tranquila aldea inglesa de Walsingham, cerca de la costa norte de Norfolk. Ha sido parte de la herencia religiosa de Gran Bretaña por más de novecientos años. ¡Walsingham incluso presume del título "Nazaret de Inglaterra"!
En el año 1061, la señora del feudo, una tal Richeldis, tuvo una visión en la cual la bienaventurada Virgen Maria pidió que ella construyera una reproducción de la casa de Nazaret donde Jesús pasó sus años formativos. Ésta debía ser una estructura simple, de madera, a la cual la gente de Inglaterra podía ir a meditar sobre la encarnación y a fortalecer su fe. Un relato, proveniente del siglo XV, nos cuenta que ella trató de construir la Casa Santa varias veces, pero falló, hasta que comenzó la construcción el la localidad revelada a ella mediante el brote de un nuevo manantial. Según la curiosa leyenda, el lugar del manantial le fue indicado a Richeldis durante sus oraciones al ver una rana, ¡la cual ella siguió al sitio correcto!
En los siglos que siguieron, Walsingham se convirtió en un centro de peregrinaje de gran fama. Aún hoy día, al observar las ruinas del gran priorato agustiniano y las del monasterio franciscano, la aldea refleja la opulencia de que gozaba. Debido al renombre de Walsingham como lugar de peregrinaje y de oración en épocas medievales, el título "NUESTRA SEÑORA DE WALSINGHAM" fue dado a la madre de Jesús. Ella tiene, por supuesto, un gran número de títulos, muchos de ellos referentes a los lugares sagrados donde ella se manifestó a través de apariciones o visiones.
Sin embargo, al comienzo de la década de los 1530, debido a la ascendencia de la Reforma en Inglaterra, el santuario fue suprimido. Por unos 300 años Walsingham fue una aldea tranquila; la gente no viajó más a la santa casa de oración. Junto con todas las otras fundaciones monásticas, había poca esperanza para el sitio que una vez había sido un lugar de rezos y de contemplación. A partir de la época del vandalismo perpetrado por el rey Henrique VIII hasta los principios del siglo XX, Walsingham permaneció simplemente un remanso encantador.
A Walsingham vinieron los nobles y los mendigos, los santos y los pecadores. Casi todos los reyes de Inglaterra visitaron la capilla por lo menos una vez durante su reinado. ¡Tan famoso era Walsingham en épocas medievales que comúnmente se afirmaba que la Vía Láctea apuntaba hacia ella! Era el santuario mas frecuentado de toda Inglaterra, ni rivalizado incluso por el de Santo Tomás de Cantorbery, el cual atraía peregrinos de toda Europa. Milagros y cuentos extraordinarios fueron asociados con Walsingham, lo que causó que el pueblo creyera que ese era un sitio escogido por la misma Virgen Maria como el lugar de Inglaterra donde ella deseaba que el misterio de la encarnación se honrara en forma especial.
Hoy Walsingham tiene gran relevancia para los anglicanos a través de la comunión. Muchos han encontrado tremenda fortaleza visitando este lugar sagrado. Su sentido de santidad y de oración ha inspirado a otras iglesias a instalar lugares de devoción, adaptándolas a sus situaciones locales. La imagen de Ntra. Sra. de Walsingham se puede encontrar en sitios tan variados como la catedral episcopal en Salt Lake City, Utah, Estados Unidos, la catedral anglicana en Popondota, Papúa Nueva Guinea, y la catedral en Lusaka, Zambia.
En 1921 asignaron un nuevo sacerdote a la parroquia de Walsingham. Su nombre era el padre Alfred Hope Patten . Él comenzó a investigar la historia medieval de su parroquia. Con la ayuda de su pueblo, fijó sus esfuerzos en la restauración de la capilla. Mandó a tallar una estatua, replica de la que había sido quemada en tiempos de Henrique VIII. En 1922 ésta fue colocada en la iglesia de la parroquia, y la devoción a nuestra señora de Walsingham fue restaurada. En los primeros años muy poca gente vino a unirse con los aldeanos en sus rezos y alabanzas; ¡pero Walsingham parece tocar una nota emotiva en el sentido religioso del pueblo, y pronto ese arroyuelo se convirtió en un río y luego una inundación!
En los años 30 se erigieron edificios nuevos para el santuario, conteniendo dieciséis altares en varias capillas, al igual que una reproducción de la Casa Santa basada en los planes y las dimensiones de la construida por órdenes de Richeldis en 1061.
La historia de nuestra señora de Walsingham comienza en la tranquila aldea inglesa de Walsingham, cerca de la costa norte de Norfolk. Ha sido parte de la herencia religiosa de Gran Bretaña por más de novecientos años. ¡Walsingham incluso presume del título "Nazaret de Inglaterra"!
En el año 1061, la señora del feudo, una tal Richeldis, tuvo una visión en la cual la bienaventurada Virgen Maria pidió que ella construyera una reproducción de la casa de Nazaret donde Jesús pasó sus años formativos. Ésta debía ser una estructura simple, de madera, a la cual la gente de Inglaterra podía ir a meditar sobre la encarnación y a fortalecer su fe. Un relato, proveniente del siglo XV, nos cuenta que ella trató de construir la Casa Santa varias veces, pero falló, hasta que comenzó la construcción el la localidad revelada a ella mediante el brote de un nuevo manantial. Según la curiosa leyenda, el lugar del manantial le fue indicado a Richeldis durante sus oraciones al ver una rana, ¡la cual ella siguió al sitio correcto!
En los siglos que siguieron, Walsingham se convirtió en un centro de peregrinaje de gran fama. Aún hoy día, al observar las ruinas del gran priorato agustiniano y las del monasterio franciscano, la aldea refleja la opulencia de que gozaba.
Debido al renombre de Walsingham como lugar de peregrinaje y de oración en épocas medievales, el título "NUESTRA SEÑORA DE WALSINGHAM" fue dado a la madre de Jesús. Ella tiene, por supuesto, un gran número de títulos, muchos de ellos referentes a los lugares sagrados donde ella se manifestó a través de apariciones o visiones.
Sin embargo, al comienzo de la década de los 1530, debido a la ascendencia de la Reforma en Inglaterra, el santuario fue suprimido. Por unos 300 años Walsingham fue una aldea tranquila; la gente no viajó más a la santa casa de oración. Junto con todas las otras fundaciones monásticas, había poca esperanza para el sitio que una vez había sido un lugar de rezos y de contemplación. A partir de la época del vandalismo perpetrado por el rey Henrique VIII hasta los principios del siglo XX, Walsingham permaneció simplemente un remanso encantador.
A Walsingham vinieron los nobles y los mendigos, los santos y los pecadores. Casi todos los reyes de Inglaterra visitaron la capilla por lo menos una vez durante su reinado. ¡Tan famoso era Walsingham en épocas medievales que comúnmente se afirmaba que la Vía Láctea apuntaba hacia ella! Era el santuario mas frecuentado de toda Inglaterra, ni rivalizado incluso por el de Santo Tomás de Cantorbery, el cual atraía peregrinos de toda Europa. Milagros y cuentos extraordinarios fueron asociados con Walsingham, lo que causó que el pueblo creyera que ese era un sitio escogido por la misma Virgen Maria como el lugar de Inglaterra donde ella deseaba que el misterio de la encarnación se honrara en forma especial.
Hoy Walsingham tiene gran relevancia para los anglicanos a través de la comunión. Muchos han encontrado tremenda fortaleza visitando este lugar sagrado. Su sentido de santidad y de oración ha inspirado a otras iglesias a instalar lugares de devoción, adaptándolas a sus situaciones locales. La imagen de Ntra. Sra. de Walsingham se puede encontrar en sitios tan variados como la catedral episcopal en Salt Lake City, Utah, Estados Unidos, la catedral anglicana en Popondota, Papúa Nueva Guinea, y la catedral en Lusaka, Zambia.
En 1921 asignaron un nuevo sacerdote a la parroquia de Walsingham. Su nombre era el padre Alfred Hope Patten . Él comenzó a investigar la historia medieval de su parroquia. Con la ayuda de su pueblo, fijó sus esfuerzos en la restauración de la capilla. Mandó a tallar una estatua, replica de la que había sido quemada en tiempos de Henrique VIII. En 1922 ésta fue colocada en la iglesia de la parroquia, y la devoción a nuestra señora de Walsingham fue restaurada. En los primeros años muy poca gente vino a unirse con los aldeanos en sus rezos y alabanzas; ¡pero Walsingham parece tocar una nota emotiva en el sentido religioso del pueblo, y pronto ese arroyuelo se convirtió en un río y luego una inundación!
En los años 30 se erigieron edificios nuevos para el santuario, conteniendo dieciséis altares en varias capillas, al igual que una reproducción de la Casa Santa basada en los planes y las dimensiones de la construida por órdenes de Richeldis en 1061.